En el mundo somos personas afanadas buscando fama, glorias vanas y riquezas. Otros, en menor número, que al no encontrar éxito en los esfuerzos humanos, se angustian y buscan a Dios quien vino por los necesitados, quienes al considerar que nada ni nadie del mundo los sacaría del tormento, piensan como la última alternativa en Dios que es Espíritu, quien es el único que saca de la aflicción, a quien se clama con necesidad y sinceridad, quien escucha el clamor y el ruego sincero ¡Dios te necesito, perdóname y cámbiame!  El clamor sincero tiene respuesta, porque en su palabra Dios dice: “Clama a mí y yo te responderé…” (Jer.33:3).

Y el necesitado oye: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt.11:28). Para permanecer con la paz de Dios necesitamos conocer la sana doctrina que nos manda a escudriñar las Escrituras que nos dice: “…Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Mr.16:15-16).

Y nos enteramos que para ser parte del cuerpo donde Cristo es la cabeza necesitamos no sólo el bautismo en agua, sino que como Cristo fue ungido con el Espíritu Santo, nosotros los llamados debemos pedir ese poder para hacer la obra que Cristo nos enseñó, la que se recibe según el profeta Joel donde los hijos e hijas profetizarán, los ancianos tienen sueños del reino y nuestros jóvenes verán visiones; y los siervos y siervas reciban el Espíritu para hacer juntos la buena obra, léase Joel 2: 28-29. El espíritu es importante, sin él nada podemos hacer. No debemos olvidar que estamos en el mundo donde el espíritu del maligno mata, roba y destruye; pero Cristo nos da vida y paz. Pablo nos dice: “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición…” (2Ts.2:3). Apostasía es la rebelión contra la fe.

El Señor hablando del fin, mencionó: “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mt.24:11-14).

Advertencia: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo” (1Jn.2:18). Pablo escribe a su hijo en la fe: “…que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de lo deleites más que Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2Ti.3:1-5). Hermano, si somos la iglesia del Señor no durmamos y gocémonos porque el Señor viene por su iglesia que vive en santidad. No olvidemos que estamos en el mundo donde el enemigo provee lo que gusta a la carne y a los ojos, pero el mundo pasa y sus deseos, pero si conocemos y hacemos la voluntad de Dios, permaneceremos en victoria. Siempre recordemos que con fe venceremos si permanecemos en él y él en nosotros para llevar frutos que glorifican a nuestro Dios. El apóstol Juan nos declara: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Jn.15:7). Pidamos más palabra y la renovación del Espíritu, para ser temerosos de sus juicios. Sin olvidar de amar a quien nos amó primero y a nuestros hermanos, para ir en unidad al mundo buscando a los perdidos como nosotros estuvimos. ¡Ayúdanos Señor, sin ti nada bueno podemos hacer!